¿Tu hijo no come? Piensa en si le estás ofreciendo demasiada comida.
¿Tu hijo toma muchos alimentos insanos? Piensa en no tenerlos en casa.
¿Tu hijo no duerme? Piensa en si pretendes que duerma demasiado.
¿Tu hijo desobedece? Piensa en si le estás pidiendo demasiadas cosas.
¿Tu hijo grita? Piensa en qué tono le hablas.
¿Tu hijo pega? Piensa en cuánto afecto recibe.
¿Tu hijo no tiene ganas de leer? Piensa en si has tenido suficiente paciencia.
¿Tu hijo no quiere jugar? Piensa en cuánta atención le prestas.
¿Tu hijo no sonríe? Piensa en si tú mismo sonríes a la vida.
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