Y es que muchos de nosotros tenemos la idea que los niños tienen que obedecer a rajatabla sin cuestionar lo que les pedimos. Me gustaría que el lector se ponga por un instante en el lugar de los niños y se pregunten ¿qué puede estar sintiendo y pensando sobre sí mismo y los demás este niño al cual se le pide de manera constante “OBEDECE”? Y es que de manera encubierta este “obedece” encierra el mensaje: no cuestiones, no pienses, no sientas, sólo haz lo que te digo.
En vez de buscar “modificar conductas”, mejor enseñamos conductas apropiadas, en vez de “obedece” mejor creamos un ambiente propicio para que el niño pueda interiorizar todos aquellos valores que les pedimos (cooperación, honestidad, bondad, etc.); para esto, creo yo, las mejores herramientas son el ejemplo diario por parte de nosotros, la comunicación, la paciencia el autocontrol y el respeto mutuo.
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Vía: COMO HAGO PARA QUE MI HIJO OBEDEZCA? | CRIANZA Positiva.
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